Los libros infantiles tienen una doble vertiente: el texto escrito y la ilustración de esos textos. En esto, María y Nivio López Vigil prestan hermosura a las imágenes y a las palabras. Quienes nos asomamos a este cuento, no podemos dejar de recordar que alguna vez perdimos los dientes de leche, y que a muchos, ya grandes, nunca les salió la muela del juicio.
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